Autor: David Epstein
El libro de Epstein explica que, en nuestro complejo y agresivo mundo, existe una gran presión para ponerse en cabeza y especializarse pronto. Sin embargo, en su opinión, a los generalistas les puede llevar más tiempo encontrar su camino en la vida pero son más creativos y, a diferencia de los especialistas, son capaces de crear conexiones entre los distintos campos. Esto les hace más innovadores y, en última instancia, más decisivos.
Partiendo del ejemplo de la especialización temprana de Tiger Woods, Epstein señala que esta tendencia no se produce solo en el deporte, sino en finanzas, ciencia o medicina. Así, los oncólogos no se especializan en oncología de forma general sino en cáncer de órganos o tipos concretos.
En su opinión, éste no es siempre el mejor camino. Como comprobaron Kahnemann y Klein, si bien en algunas profesiones como los bomberos, la especialización es clave para entender los patrones del comportamiento del fuego, en otras muchas no existe una correlación entre la especialización previa y el desempeño final.
La experimentación con diferentes opciones y conocimientos generales, en vez de la especialización temprana, permite obtener habilidades que serán útiles si en el futuro se toma el camino de la especialización.
Epstein entiende que, en algunas circunstancias, tratar con especialistas es lo más recomendable. Así sucede si necesitas una operación. Es preferible contar con un médico especializado en el procedimiento y que lo haya realizado muchas veces. Sin embargo, en situaciones menos definidas, cuando se necesita reflexión, el foco reducido puede ser de poca ayuda, como comprobó el estudio de 2015 que desarrolló el Dr. Jena de la Harvard Medical School. Este estudio descubrió que los pacientes que llegaban al hospital con parada o fallo cardíaco tenían más posibilidades de sobrevivir si no eran atendidos en primera instancia por los cardiólogos especializados.
Andy Ouderkirk, un inventor de la compañía 3M que fue nominado innovador del año en 2013 y que había generado 170 patentes investigó qué había detrás de los equipos altamente creativos. Descubrió que los inventores que tenían más posibilidades de triunfar en 3M no eran especialistas sino eruditos, personas con un conocimiento profundo en un área pero también con gran experiencia en otras áreas.
Así, para cualquier gestor que esté buscando talento Epstein da una recomendación: no busques solo a personas que se ajusten a tus necesidades estrictamente definidas. Deja cierto espacio para aquellos profesionales que no encajan claramente en ninguna categoría. Su experiencia puede ser valiosa.
¿Son mejores los expertos a la hora de hacer predicciones?.
No, según el estudio que Philip Tetlock llevo a cabo con 284 expertos durante los 20 años de Guerra Fría. Y, lo que es peor, Tetlock encontró una relación inversa entre la fama y la precisión. Cuanto más aparecía un experto en las noticias más fácil era que sus predicciones resultaran erróneas o, como Tetlock dijo, “aproximadamente tan preciso como un chimpancé lanzando dardos”.
Uno de los problemas era que el foco de muchos expertos era demasiado estrecho. Habiendo pasado la mayor parte de su carrera estudiando un tema, solían tener teorías explícitas sobre dicho tema. Así que, ¿qué hace que una persona sea buena prediciendo hechos futuros?. Los investigadores apuntan a la amplitud de miras y a la disposición a cuestionar las propias creencias.
¿Y cómo podemos combatir nuestra tendencia a permanecer apegados a nuestras creencias a pesar de la evidencia?. Dan Kahan, profesor de Yale explica que para pensar con claridad sobre el mundo que nos rodea la principal característica personal no es el conocimiento científico (cuánto sabes) sino la curiosidad científica: un deseo de aprender más, una disposición a buscar nuevas evidencias y la habilidad para pensar con la mente abierta.
El cambio en la percepción del valor del conocimiento general es tan importante que en instituciones médicas como la John Hopkins se están desarrollando programas de comprensión interdisciplinaria de materias como filosofía, ética, estadística y lógica. El director de estos estudios, Arturo Casadevall, espera que con una base más sólida en el razonamiento y el pensamiento multidisciplinar, los estudiantes estén mejor preparados para tener un impacto real en nuestra economía y en nuestra sociedad.